Quizá sea esta una de las entradas que más me me ha costado haber escrito, sobre todo por el respeto que le tengo a la institución.
A pesar de este respeto también , creo yo, que la Educación es de las más vilipendiadas y vejadas por nuestro sistema, ya que supone dar en el lo más profundo de las entrañas de cualquier sociedad, ya que si un Poder golpea sobre una persona de cinco, diez o quince años, verdaderamente no lo hace sobre éstas; sino sobre las personas adultas que en un día se convertirán. Y eso es lo que con total consciencia hace nuestro Sistema a través de nuestros políticos. La Educación está en sus manos y es la herramienta más poderosa de que disponen: nos hacen creer que el licenciado ha de embolsarse 2.000€/mes. Ellos han pensado por nosotros que lo verdaderamente importante es tener un título, aunque lo único que tengamos sea un papel que no sirve nada más que para la necedad más absoluta, sin que éste tenga reconocimiento ni valor alguno. ¿Culpas? De todos, menos de Papá Estado, que se ha encargado de proporcionar a sus hijitos un título universitario. Eso sí, si ahora éste no tiene valor alguno, culpa suya no es, ni mucho menos.
"Educación gratuita para todos" ó " el hijo del obrero a la universidad", es algo que más o menos sí que hemos conseguido alcanzar en estos últimos treinta años. Cierto. Lo que ahora nos encontramos es que esto no sirve para nada, ya que el título de licenciado lo han degradado hasta el infinito, y con éste, si no has practicado un buen tráfico de influencias, o algún favorcillo que te deban por alguna parte, puedes darte con un canto en los dientes, que te va a servir de más bien poco. Una lástima, pero la moto nos la han vendido y bien vendida. Todo el mundo ha estado bien contento, claro, "soy licenciado, soy licenciado!!", luego los números no cuadran cuando nos dicen que un universitario apenas puede llegar a los 1.000€. Perdón por la reiteración, pero el título nos lo han devaluado, leches!!. Y así es tal y como nos encontramos a septiembre de 2011, con una generación de jóvenes que decoran las casas de sus padres con los títulos universitarios que le ha facilitado el Estado, porque ha conseguido títulos para el hijo del obrero. En fin.
El latín es la base de nuestra lengua, pero en esta ocasión la palabra latina es mucho más precisa que en Español, ya que habla del verbo "duco", que se traduce por algo así como conducir, guiar, llevar, y no es más que eso lo que llevan haciendo reiteradamente nuestros gobiernos, guiarnos hasta el precipicio, hasta el nihilismo total y absoluto. Han creado unos entes a los cuales les da prácticamente igual todo. Esfuerzo, sacrificio, abnegación, constancia, son valores que no son hoy día apreciados ni implementados en la Educación, los cimientos del progreso de cualquier sociedad.
Estos días las huelgas en la educación secundaria se reproducen por todos los rincones de España. Dicen que es por la defensa de una educación pública y de calidad. Falacia más grande no podía haberse dicho. Ni les ha importado la Educación ni creo que nunca les llegue a preocupar; ni a los unos ni a los otros; ni por reducir gastos, ni por llevar el hijo del obrero a la universidad - ¿para qué?-. Lo único que les ha interesado a todos es tener una sociedad lo más aborregada posible, para manejarla con la mayor soltura, sin esperar más de ésta que pase a dormir el junto a Humphrey Bogart y Lauren Bacall El sueño eterno.
Estas huelgas no son más que políticas, de los que dicen ser de izquierdas, frente a los dicen ser de centro. Lo único claro es que la cuerda siempre se rompe por la parte más débil: los profesores interinos, ahora bien, ¿qué ocurre con los sindicatos, con los liberados sindicales, que casi son vagos de profesión? Ohohoh!!, a esos no les toquemos a ver si se van a enfadar de verdad... pues ojalá, y así pudiéramos tener a unos representantes de los trabajadores que defienden a los trabajadores. Aunque un aspecto fundamental para defender a los trabajadores frente al poder, es que los representantes no dependan del dinero del poder, ya que muy fácil es comprar el silencio, claro está. Empecemos a despertar.