viernes, 15 de abril de 2011

DE LOS MUERTOS QUE NO SALEN POR LA TELE: COSTA DE MARFIL

Abidjan, capital económica de Costa de Marfil, 31-X-2010, tras cinco años de demoras y aplazamientos injustificados el país celebra elecciones presiendenciales. Es una guerra entre los tres bandos históricos, luchando siempre por el poder, lo que ocurre es que ahora han decidido librarla en las urnas. No es más que eso.

Estas elecciones se vivían con gran expectación , ya que la población marfileña las entendía como el punto y aparte de la cruenta Guerra Civil que terminó en 2007 - en 2004 con una tregua-, y, sobre todo, porque llevaban cinco años esperándolas, cinco años en los que Gbagbo había decidido autolegitimarse para continuar en el poder. Laurent Gbagbo, ha sido el Presidente en los últimos años, ha perdido el control de la zona del norte del país y ha llevado a cabo una importante discriminación de la población musulmana, tras estos cinco años extras de gobierno, poca legitimación le queda ya. Konan Bedié, otro de los candidatos importantes, creador de la ideología identitaria marfileña, pero ya fuera de su tiempo político y sin apoyos internacionales. Alassane Ouattare, vencedor de las elecciones y candidato apoyado por la antigua potencia colonial, metiendo siempre el hocico en todo y luego sin hacer nada, la siempre poderosa La France.

La segunda vuelta de las elecciones se celebra el 28-XI-10, entre ya solo dos de sus bandos, norte y sur, Ouattara Vs Gbagbo. Tras éstas, la Comisión electoral -con vigilancia internacional- proclama a Ouattare vencedor de las elecciones, sin embargo Gbagbo no se resiste a dejar el poder, e impugna el resultado ante el Consejo Constitucional. Algo empieza a sonar mal en Costa de Marfil, y esa música ya la han escuchado los marfileños en otras ocasiones. En Bouaké, ciudad al norte del país, bastión del candidato Ouattara, se forman barricadas, que incomunican la ciudad con la capital, pro Gbagbo. En Abidyan comienza a extenderse la sensación de miedo, la televisión repite constantemente las agresiones a los partidarios del Presidente y denuncian las irregularidades en los comicios. Bouaké se queda sin comida en los mercados, cierran los comercios y el que era un chorreo continuo de moto-taxis se convierte en goteo casi inexistente. El Gobierno proclama el toque de queda para las 7 de la tarde, pero no hacía falta ya, las calles estaban vacías unas horas antes.

El Consejo Constitucional declara nulos unos 500.000 votos en favor de Ouattara y proclama como vencedor de las elecciones al Presidente Gbagbo. Ante esta situación Gbagbo, que tenía más a mano las instituciones, decide de motu proprio, tomar posesión del cargo. Ouattara, en cambio, se refugia en un hotel de lujo al norte del país, junto con el apoyo internacional de las NN.UU, de Francia y de los EE.UU.,mientras, sus partidarios comienzan a derramar sangre. Valiente manera la de llegar al poder la que tienen algunos. El trabajo está hecho, eso que llaman Comunidad Internacional despachará para echar a Gbagbo del poder, mientras, los de siempre, derramarán la sangre que hay que poner en las revoluciones, para legitimar al nuevo dictador. El nuevo régimen está en marcha. La nueva Guerra Civil y la crísis humanitaria en Costa de Marfil también.

Enero de 2011. Las primeras semanas del año son estremecedoras, 65.000 marfieños salen de su país camino de la vecina Liberia -qué curiosa es la Historia-, huyendo de los Kalashnicov, de los disparos de morteros, de la violencia callejera, de los mercados sin comida y los bancos sin dinero. Por contra, los otros a los suyo, Gbagbo y la Comisión internacional no ceden en su empeño por el poder, y Ouattara y la Comisión electoral "independiente" por alcanzarlo, junto con el apoyo internacional.

Marzo de 2011. Las ineptas NN.UU. dan el siguiente paso que hay que dar en estos casos, una situación jurídica a la que llaman crísis humanitaria, es decir, que seguirán viendo los toros desde la barrera y los marfileños continuarán matándose, exiliándose y pasando más hambre y más miserias de las que acostumbran. El asunto, que esta vez ha recibido el número 1975 de la resolución del Consejo de Seguridad de NN.UU., demuestra que los números son muy fríos, que enseguida nos alarmamos, pero más rápido aun nos olvidamos de ellos. Bien tal vez, si no queremos que el asunto nos sobrepase y termine absorviéndonos, ya que sino nunca seríamos capaces de ver la botella medio llena, y porque un día aprendí a que hemos de intentar sonreir ante las dificultades. Aunque a veces es difícil, 700.000 desplazados sin hogar y 800 asesinatos que sepamos. Lo siento, pero había que decirlo. Gbagbo y su gobierno son acusados por crímenes contra la humanidad, y quizá sean juzgados por eso que han dado en llamar La Corte Penal internacional, si consiguen salir con vida de su país, claro. Los de a pie a lo suyo, los liberianos en esta ocasión, siguen recibiendo en sus chozas a los marfileños, dándoles la poca comida que tienen y toda su acogida. Ellos y la Historia no olvidan que hace unos años fue justo al revés. Forma parte del ajedrez africano, o del mundo.

Abril de 2011. Las fuerzas de Ouattara lanzan el día 6 un ataque definitivo sobre las tropas de Gbagbo, que acusa a los franceses de intromisión y bombardeo de sus tropas. Ouattara controla prácticamente todo el país, y el lunes 11 detienen al que hasta entonces había sido presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, en un hotel de Abidyan. ¿Colorín colorado este cuento se ha acabado? No, este sólo era un capítulo más de la contienda, los siguientes están aun por escribir, con los mismo personajes de siempre y con el final de siempre.

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