jueves, 29 de marzo de 2012

HUELGA, HUELGA, HUELGA

La verdad es que después de la jornada de Huelga General del 29 M me queda una sensación profundamente agridulce. Una jornada en la que me he dado cuenta de que SÍ que quedan personas que puedan seguir manteniendo su ilusión por hacer frente a las injusticias sociales, a la lucha frente al Gran y único Poder fáctico que queda, que es el Poder Económico. Pero ésta no es más que una minoría muy pequeña. Vivimos en una sociedad que está completamente idiotizada, aturdida y absorvida por el fútbol y la pandereta; el periodismo amarillista y el meter el ojo en el dedo ajeno; el alcanzar unas metas de Felicidad materialistas que no nos ha llevado más que a un callejón sin salida. Al fin y al cabo estamos en el punto en que no puedes protestar, no puedes hablar, y por supuesto, no pienses, que está prohibido, ya que si piensas, es obvio que te salgas de la línea de pensamiento único -capitalista (últimamente estoy volviendo al monte).

Hoy me he dado cuenta del Sentido que siempre han tenido las Revoluciones. Siempre. No voy a defender a aquellos que asaltan a otros pobres trabajadores que hoy han  tenido la obligación de ir a trabajar, bien porque así se lo han impuesto/recomendado sus patronos, o bien porque no creían en la Huelga, peso sí que soy consciente de que sin fuerza, el inmovilismo ha estado más que cantado a lo largo de la Historia, y por duro que esto sea, las mejoras no se han conseguido nunca sin violencia, sin lucha, y por tanto sin sangre. Ahora no es que busquemos mejorar una situación económico social y personal, sino más bien todo lo contrario, que no nos quiten lo que tanto sudor y tanta sangre de nuestro compañeros hemos conseguido.

¿Y ahora qué? Intento abrir un pequeño perido de reflexión, pero imagino yo que servirá de poco, Grecia intentó plebiscitar para salir del Euro, convocó una Huelga General al mes, y de poco le ha servido, creo que nos tienen bien cogidos por los huevos y el margen de maniobra es ínfimo. Luego a la hora de votar todos acabamos votando a los mismos de siempre, con un 70% en toda España se dan con un  canto en los dientes; 60% en Andaluciá , y no pasa nada, porque los que no han votado es porque no han querido. Yo les botaría a todos muy fuerte.

Y poco más nos queda por hacer, gritar cuando seamos llamados a la Lucha, y sobre todo cambiar las cosas con las pequeñas acciones y gestos del día a día.

¡SALUD, COMPAÑEROS!