lunes, 9 de abril de 2012

2012: CERRANDO PUERTAS, ABRIENDO VENTANAS

Comenzó el año 2012,  e igual que otros muchos, decidí ir a pasarlo con mi viejo compañero y amigo de muchísimas andanzas, Rúper. Fuimos a Lisboa, a ver a Emilio, un amigo que ha vivido por toda Europa, y, que parece, que por fin, ha encontrado su rinconcito donde asentar sus posaderas de manera permanente. No tiene demasiado de particular, salvo que vive en una casa lo más parecido a las NN.UU. y que justo al lado tiene un bufet de barra libre de japonés abolutamente delicioso, por siete euros más el vino, es altamente recomendable.

La verdad es que cuando volví a España no sabía que este año me iba a dedicar a cerrar tantas puertas -y abrir otras-, pero creo que en la vida te das cuenta de que hay ciertas etapas, movimientos, personas, lugares, hábitos, que pasan, y ya está. En muchas de esas ocasiones cualquiera de todos ellos te pueden haber marcado para siempre, pero te das cuenta de que  por cualquier circunstancia, quizá, ya no son parte de ti, que te han estado marcando durante semanas, meses e incluso años, pero que ha llegado el momento de pasar página, de comprometerse con nuevos retos e ilususiones, que como me dicen en casa, tenemos un cierto principio de una cosa que llama "el síndrome de las piernas inquietas" y uno no puede parar de hacer cosas nuevas día tras día.

La Asociación Juvenil Linces. Sale de lo que ha sido su sede social en toda su vida, casi nueve años de existencia. A pesar de lo que mucha gente podía pensar no era solo un local, o una peña para ir a beber, de hecho, cada vez tenía menos fiestas y más encuentros, más debates en libertad, y más opiniones acerca de cómo cambiar el mundo. Aquel local fue alquilado en octubre de 2002 por un grupo de chicos que probablemente era lo que quería; y casi diez años después nos vamos de ahí, siendo un grupo de gente más o menos aprovechable (como se ve en la foto hay educadores a "puñaos" y algún que otro banquero) y con una cierta buena reputación en el barrio, Chema; la inconfudible vecina, que como la Tentación de Wilder, vive en el piso de arriba; el del Japo; y, como no, siempre hilario, sus callos, ese madridismo que rebosa por todos lo costados y sus inconfundibles parroquianos.



Valdivia 11 siempre olerá a un grupo de chicos que pasaron de los 20 a los 30 años, con todo lo que ello conlleva. A un grupo de amigos que creció para mejor, porque en estos años tuvimos grandísimos fichajes, pero siempre será un futbolín, un pasar por debajo, una play, un papás, un aparcar a ver si no me lleva el coche la grua, unas copas,una compañía femanina, unas fiestas de universidad, unos turnos de limpieza, una subvención, un sofá nuevo, una tele de plasma, unas puertas del oeste, el pasar frío en el invierno, los puros de Gonza... Pero Valdivia 11 será todo lo que nos queramos llevar de nuestros recuerdos. Yo sí soy de los que su cuerpo le hace una sensación extraña, en las pocas ocasiones que he tenido cuando he pasado por ahí delante. Hasta siempre Valdivia 11 y Gracias.

Otra puerta es la del Grupo Scout Kandersteg, a la cual le he dedicado muchísimo tiempo, a la cual no podré estar más orgulloso de lo que he hecho y de lo que soy. El Movimiento Scout, igual que a casi todos mis compañeros y mejores amigos, nos ha marcado tantísimo que no sabríamos por dónde empezar, y ha sido alrededor del Kandersteg, seguramente de dónde haya salido la A.J. Linces, pero no podemos olvidar que otros grandes vienen de (F.C.) Pléyades, del MIlagro y de la Flecha. Hay una frase que dice que una vez scout, siempre scout, y no puede ser más cierta, seguramente pasen los años y te vas desvinculando, porque ha llegado tu momento, pero  la persona forjada con un pañuelo al cuello perdura para siempre, y la verdad es que eso se nota un montón. Y que así también sea para el Grupo Scout Kandersteg 352, larga vida y buena caza, Hermano Lobo.

Y por estos días hago ya diez meses en Talavera de la Reina, y  echo un poquito la vista atrás -evaluación-,  y me acuerdo de las personas que he ido conociendo; de las que han tenido una gran importancia; de aquellas que pasan rápido, con mayor o menor influencia en la vida de uno; de otras que se van; de cuentos, que no terminan de ser historias; y por supuesto de aquellas que siempre están ahí, de esas con las que nunca te cansas de pasar el tiempo, una nochevieja, una cerveza en un bar de puretillas, un campamento, hacer una cumbre, o de unos buenos desayunos en el Casino, en el Local. Y ahora, un montón de años después de haber conocido a dos de estos personajes me embarco con ellos en una bonita aventura, y decimos, ¿qué vas a hacer este verano? Pues nada, creo que me voy a hacer la Panamericana, de Buenos Aires a Santiago y de ahí a Lima. La cabeza me pide hacer algo así. Espero que Vaquero se acuerde de que la unión hace la fuerza. Lo siento Rúper, pero creo que será divertido.

Vamos a abrir ventanas y puertas. Coque, te esperamos en Buenos Aires.

A todas aquellas personas con las que he vivido, especialmente a aquellas con las que he más he pasado en estos últimos tiempos. Gracias.

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