lunes, 29 de septiembre de 2014

APUNTES Y REFLEXIONES DE UN VIAJE POR UN PAÍS SOCIALISTA: CUBA II.

Antes de viajar a Cuba, sin duda alguna, creía que uno de los mayores logros de la Revolución era la reforma agraria que se realizó en su día. Vacas, ovejas, tabaco, chocolate, y café, entre otros, eran un pilar sólido del socialismo en Cuba. Cuando escribo estas líneas, a 21 de septiembre, y desde el valle de Viñales no sigo pensando exactamente igual. He conversado con agricultores, ganaderos, campesinos y ex cooperativistas y en ocasiones la realidad supera las habladurías de la calle. Deporte nacional allá en España.

En 1959, año I de la Revolución, había en Cuba 1,5 vacas por cada habitante de la isla; hoy Cuba apenas llega a los 3 millones de reses, una vaca por cada tres y medio habitantes. El suministro de leche esta absolutamente regulado; y únicamente reciben su ración de leche de vaca diaria los mayores de 65 y los menores 13. El resto de personas leche en polvo, o bien comprarla fuera de las tiendas oficiales del Estado y a precio de dólar americano, muy lejos del bolsillo de cualquier cubano de a pie. Un sesenta por ciento de la población adulta, entre los 16 y 70 años, padecen un importante déficit de calcio. En los primeros años de la Revolución, bajo la dirección técnica del presidente del Banco Central de Cuba y Ministro de Industria, Ché Guevara, fueron creadas múltiples cooperativas a lo largo y ancho del país, las cuales a mitad de los años ochenta dejaron de ir funcionando paulativamente, siendo hoy prácticamente una herramienta inexistente dentro del tejido productivo cubano, salvo lo que respecta al sector agropecuario, y tampoco demasiado. Desde la salida del Ché del gobierno fue llevándose a cabo una dejadez intelecutal en la participación de éstas en la construcción del socialismo. O por ejemplo la industria del cuero vacuno, que ha desaparecido por completo, cuando en 1959 era la principal potencia exportadora de América Latina, habiendo hoy dejado de existir en su totalidad exportadora.

Un sector destacadísimo dentro de la economía cubana es el tabaco y el café, aunque su regulación es bastante diferente. En los orígines de la Revolución, según la región del Estado, se repartió una determinada cantidad de tierras a cada agricultor, a los cuales se les obligaba a sembrar un porcentaje de vianda, uno de café y otro de tabaco. El tabaco es el mejor pagado para el campesino, sin duda, pero también el más costoso y de cuya producción corresponde al Estado el 90% de los ingresos, y el 10% para el campesino; del resto de cultivos corresponde 51% para el estado y el 49% para el campesino; a cambio el Estado Revolucionario de Cuba paga a cada campesino una cantidad pseudomiserable según la aportación que éste haya realizado a las finanzas cubanas. Difícil vivir de esta manera. Se produce poco, se consume poco, y se exporta nada, salvo tabaco y azúcar. Tras haber pasado por diferentes áreas agrícolas del país poco más que éste puede ser el resultado, los campesinos viven para subsistir y pasar el día a día.

Otro de los aspectos destacados del sector primario es la escasísima industrialización del mismo. Hasta que la Unión Soviética entra en proceso de liquidación a mitad de los años ochenta, aún la isla recibía algún tipo de maquinaria procedente de los países del Este, pero esto hoy no es más que una quimera, una lejana utopía. Los cultivos en la isla apenas difieren a cómo éstos se llevaban a cabo a principios del S.XX, lo  que hacen del sector nada competitivo de cara a los mercados internacionales.

Y para terminar a modo de reflexión o evaluación, que puede hacer el gobierno cubano para profundizar eficientemente en el socialismo, en su revolución? Para mi la respuesta seria convertir a los campesinos-agricultores en los verdaderos minilatifundistas y propietarios de las tierras, de los medios de producción y de los resultados de las mismas. Para ello usaremos una herramienta que ha perdido todo su significado en la Cuba socialista, más cooperativa, menos estado -que no menos socialismo, pero si menos ineficiencia, que ha sido la culpable de la destrucción de determinados sectores de la economía cubana-. Algunos creerán que esto puede ser una privatización encubierta, pero no es así, si no más bien la adaptación de una economía socialista al sentido de progreso y mejora, que si ha de existir, ya que la desvinculación total del bienestar del ser humano - en forma de salario- respecto del resultado de su trabajo -es decir, de la producción-, lo único que ha generado es la muerte de importantes sectores económicos en diferentes regímenes  socialistas, y detrás, la del propio régimen.

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