Erradicar la pobreza extrema y el hambre. Lograr la enseñanza primaria universal. Promover la igualdad entre ambos géneros. Reducir la mortalidad infantil. Mejorar la salud materna. Combatir el VIH y la malaria. Fomentar el desarrollo sostenible. Y ayudar al desarrollo en el mundo. Éstos son los llamados objetivos del milenio, aprobados por la Asamblea General de Naciones Unidas en el año 2000, de tal manera que los países ricos vamos a decidir cuándo, cómo y por qué los países en vías de desarrollo van a dejar de pasar hambre. Y tuvieron la fantástica idea de que todo el planeta los iba a cumplir hacia el año 2015!! No sé muy bien qué tipo de droga hubieran consumido por aquellas fechas para creer que en quince años iban a terminar con el hambre en el mundo. Ni en otros 2015 años. Tan solo el total desvarío de la desvergonzada clase política del primer mundo puede hacer alcanzar una sandez de tal calibre.
Me quedo con el primero de los objetivos, y, ¡zacatum! la primera en la frente. El pasado 9 de octubre, la FAO, publicó un estudio en que señala que 870 millones de personas pasan hambre en el mundo. Sí, algo tan objetivo como ese dato. Lo que equivale dos veces la población de la Unión Europea, dos veces los EE.UU. y veinte veces España. Ojiplático.
Pero ahondando un poco más en lo que es el contenido del informe, señala éste, que si se adoptan determinadas medidas para luchar contra la desaceleración podremos estar muy cerca de alcanzar los objetivos, a mi, sinceramente, solo se me ocurre una pregunta: ¿cómo?.
Más adelante el informe se adentra en las diferentes regiones del Mundo, donde podemos ver que en Asia pasamos de 740 millones de hambrientos, a 560 millones; y en África, aumenta, de 175 a 240 millones. Hoy, en España, el INE (organismo que se encarga de pulir y adecentar estos datos) dice que dentro de nuestras fronteras tenemos a un 21% de nuestra población que vive por debajo del umbral de la pobreza.
Luego hemos de tener muy presente, y ahí sí está muy bien señalado por el informe, que no solo hemos de ser capaces de generar más alimentos. No; sino ser capaces de crear las condiciones para que, muchos de esas millones de personas, aprendan a generárselas ellos mismos: agricultura de subsistencia, se llamó años atrás. Ahora bien, para ello hay que hacer una cosa: quitarle las tierras a aquellos personas (físicas y jurídicas) que tienen grandes extensiones y no hacen absolutamente nada con ellas; bueno, sí, especular, solo. Acciones de tiempos pasados. Redistribución de la riqueza. En España en el S.XIX nos atrevimos a ello, lo llamamos Desamortización. Quizá tuviéramos que hacer una mejor y a gran escala en el S.XXI. En un mundo global, una desamortización global, aunque creo que yo que ya tiene un nombre, aunque a la mayoría no le guste demasiado: Socialismo del S.XXI; y quizá así, sí podamos cumplir los Objetivos del Milenio. Dichosos objetivos. Más aun dichosos, infames políticos que buscan cómo mantener su poltrona creando unos objetivos que saben que no van a cumplir, y que para hacer más hincapié en el asunto se reúnen anualmente para revisar el estado del cumplimiento de los mismos.