lunes, 26 de enero de 2015

DE ATENAS A MADRID Y TIRO PORQUE ME TOCA: SYRIZA PODEMOS

Siempre he creído que la vida es juego. Como la Oca. Que es un juego absolutamente maravilloso del que todos somos partícipes. Queramos o no; nadie pregunta. Una especie de teatro, un role-playing, descabezado en el que siempre ganan los mismos. A base de una mayoría sumisa que consume vorazmente productos cada vez más putrefactos, pero que vivimos de manera sumamente feliz. O al menos eso creemos. La lucha de clases, o algo así.

Estos días hace un año del nacimiento de la inscripción de ese partido político que ha roto todos los esquemas de la tradicional manera de hacer política, que implementamos en la democracia española tras 1975. Y Podemos ha sabido leer a la perfección dos aspectos fundamentales, para que, en doce meses, pueda haberse convertido en alternativa al hegemónico poder del PPSOE. Por un lado introducir herramientas de participación ciudadana en el día a día de los Partidos Piliticos, tal y como reza nuestra Constitución, en su art. 6 "su estructura y funcionamiento interno han de ser democráticos", aspecto profundamente guardado en los cajones de la transición desde la legalización del PCE, allá por la Semana Santa de 1977. Han acercado el partido a la gente, se han quitado la corbata y usan pulseras de cuero, camisas por fuera y el general secretario lleva coleta y tiene novia. Podíamos ser cualquiera. Y este aspecto, como bien dicen no es de izquierdas ni de derechas, y ha de convertirse en un elemento de carácter preceptivo para cualquier partido. Esto por un lado. 

En segundo lugar Podemos ha sido capaz de leer la situación política como nadie. Al fin y al cabo no dejan de ser un grupo de jóvenes politólogos que no han hecho otra cosa en su vida que eso, estudiar comportamientos políticos. Se han remangado sus camisas, colocado las botas y dispuestos a entrar en faena. Y me explico. Haciendo un análisis de la situación socio-política que atraviesa España ( lo que viene siendo cuadro DAFO más menos) no hace falta ser el mayor erudito de los politólogos para saber cómo se informa el españolito de a pie: a través de la puta tele. Pues bien, qué tenemos que hacer? estar hasta en la sopa y pelearnos, y zafarnos, e insultar, y reírnos del adversario político. Aunque tampoco es muy difícil si a quienes te colocan en frente son a dos de los periodistas más relevantes de la derecha mediática: Inda y Marhuenda. Si Larra levantara la cabeza... Este modelo puede ser -y creo que lo es- profundamente zafio y cutre, pero es jugar a ganar con las herramientas que nos ha propiciado el propio sistema. No nos gustan, pero son las que hay, y con las que tenemos que jugar si queremos cambiar esto. Las herramientas de adoctrinamiento que han convertido a un chulapa de tres al cuarto como Cristiano Ronaldo en un ídolo de masas; o a Belen Esteban ser una de las personas mas queridas de España. Las normas son como para vomitar del bochorno, y el fiel reflejo de una sociedad ruin, mezquina y que carece por completo de valores indispensables para que una sociedad progrese. Ahora son las que hay, y dudo muy mucho que a Pablo Iglesias le vuelva loco la idea de batirse en duelo dialéctico con don Pantunflo -que así bautizó Angel gonzalez Ucelay a Inda cuando el personaje dirigía Marca- pero son las normas que lo han metido ahí; y pueden ser las normas que lo conviertan en Presidente del Gobierno. Y cuando ganen, veran si quieren o pueden o les interesa cambiarlas. Quizá entonces no. 

Y en medio de todo este panorama en Grecia va y gana Syriza. Y esto es bueno o malo para podemos? Pues sinceramente ni repajolera idea. Y depende, que diría Rajoy. Puede convertirse en un órdago o un all-in en las narices de Merkel, del del BCE y del FMI, o puede que estén jugando de farol y todo para cambiar un partido socialdemócrata por otro.  Y todo vuelve. Y nada cambia. Misma historia de siempre. Y como decía el clásico todo está inventado; y de la nada nada sale; por tanto nada vuelve. Y quizá vengamos a quitarle la razón a Fukuyama, y a la Historia aun le quede algún capítulo por escribir.